Como comenté en la entrada «Shota, el TDAH y un mensaje “a medias”», no acostumbro hacerme eco en esta bitácora de materiales editados en otros idiomas. Pero, cuando conozcan el proyecto de la Universidad de Nebraska (EE.UU.) y su aplicación, coincidirán conmigo en que hacer una excepción bien vale la pena.
Según diversos estudios,1-2 en los Estados Unidos, al igual que en Europa, los jóvenes de hoy día no parecen muy atraídos por las ciencias y mucho menos por seguir estudios científicos. Es más, ya en 2004 Jesús I. Català y Jesús Navarro afirmaban que «el número de estudiantes matriculados en facultades de ciencias básicas disminuye regularmente en todos los países llamados desarrollados, lo cual puede comprometer el desarrollo tecnológico de los países europeos».
¿Cómo despertar, pues, el interés de los chavales por las ciencias? ¿Cómo engancharles —especialmente a los estudiantes menos motivados— en la lectura y el estudio de los materiales didácticos «convencionales»? ¿Cómo fomentar en ellos una «inclinación científica»? Parece ser que el lenguaje del cómic nos brinda la solución.
En 2007, varias instituciones del estado de Nebraska crearon el proyecto The World of Viruses —financiado por los NIH estadounidenses— destinado a educar al gran público sobre temas relacionados con la virología a través de programas de radio, apps, libros o historietas. Pues bien, dos de las cinco historietas elaboradas por los responsables de dicho proyecto se emplearon en una investigación de las Universidades de Nebraska, Nueva York y California. ¿El fin de tal experimento? Comprobar si su uso contribuye a despertar el interés de los alumnos por la lectura y el estudio de material didáctico de ciencias en general y del mundo de los virus en particular.
La investigación contó con la participación de 873 estudiantes de Biología procedentes de varios institutos y con edades comprendidas entre los 14 y 16 años. A unos le entregaron sendas historietas sobre el virus de la gripe —The Frozen Horror (Influenza)— y el virus de la fiebre aftosa del ganado —Confined! (FMD)—. A otros, textos convencionales sobre los mismos temas. Tras el análisis de los datos recopilados, los investigadores concluyeron que este tipo de historietas —que explican complicados conceptos a través de viñetas repletas de misterio y aventura, pero sin perder un ápice de rigor científico— contribuyen a avivar la curiosidad de los estudiantes como motor de aprendizaje, sobre todo la de los menos interesados en la lectura y el estudio de material didáctico convencional, por lo que constituyen un medio idóneo para la transmisión de conocimiento científico, en especial entre los estudiantes menos proclives a su estudio.
Interesante investigación, sin duda, que pone de manifiesto que el cómic es mucho más que un mero medio de entretenimiento destinado a niños y adolescentes.
Blanca Mayor Serrano
[1] Spiegel AN, McQuillan J, Halpin P, Matuk C, Diamond J. (2013). Engaging Teenagers with Science Through Comics. Sociology Department, Faculty Publications. Paper 237.
[2] Jaminon M. (2004). Ciencia y cómics La ciencia, al alcance de los adolescentes con los cómics. Mètode, 41.